Estamos Creando Monstruos

Día mundial de la poesía

Posted in imágenes, poesía, versos by monstruos on 21 marzo, 2013

Día mundial de la poesía

Versos con lengua

El boli que te ayuda con la ortografía

Posted in Uncategorized by monstruos on 8 febrero, 2013

Si tienes problemas de ortografía y no tienes a mano un diccionario o un móvil con internet, tal vez este proyecto de bolígrafo podrá ayudarte. El concepto es simple, cada vez que cometes algún error ortográfico el bolígrafo vibra. Si tienes mala caligrafía, también.

Si te apetece echarles una mano con su proyecto, están en fase de crowdfounding.

http://www.lernstift.com/index_en.html#.URTnKlpZvDY

Eso sí, bonito, lo que se dice bonito, no es. 

 

Reading is sexy

Posted in imágenes by monstruos on 20 enero, 2013

Reading is sexy

Pitbull, Cortázar y Neruda

Posted in curiosidades, hispanoamericano, imágenes by monstruos on 19 enero, 2013

Pitbull, Cortázar y Neruda

Pitbull es un poeta, ya tú sabe!

Lo que nos queda de Larra

Posted in Ensayo, literatura, periodismo by monstruos on 15 enero, 2013

Cuando estudiaba periodismo, hace apenas tres años, un buen profesor y articulista -un tal Arcadi Espada-, nos dijo que fuésemos agradecidos cada vez que alguien tratase de importunarnos tildándonos de cotillas, porque ésa era nuestra profesión y porque, en adelante, deberíamos ejercerla con orgullo.

Resultaba, pues, gratificante que alguien viese en tu manera de ser algo propio de tu actividad profesional. Si queríamos llegar lejos en una redacción debíamos ser chismosos vocacionales.

Dos siglos antes de que ese profesor irrumpiera en nuestras vidas, nacía un escritor que había dejado constancia de lo siguiente:

No sé en qué consiste que soy naturalmente curioso, es un deseo de saberlo todo que nació conmigo, que siento bullir en todas mis venas y que me obliga más de cuatro veces al día a meterme en rincones excusados por escuchar caprichos ajenos .

El texto formaba parte de un artículo de Larra, el primer periodista contemporáneo. A Mariano José de Larra (Madrid, 1809-1837) se le considera el primer periodista contemporáneo porque sus artículos, aunque originalmente escritos para el consumo efímero de los lectores de periódicos entre 1828 y 1837, traspasarían los límites de las motivaciones específicas que los suscitaron y llegarían a nuestros días con la vigencia del primer día. Perdóneseme el tópico.

De hecho, mientras leemos a Larra hay poco, o casi nada, en él que nos haga pensar que ya no está entre nosotros como no hay nada, o casi nada, en él que nos haga imaginar que escribió sus artículos dos siglos atrás.

En primer lugar, nos hallamos ante un hecho excepcional: se trataba de un escritor profesional. Según cuenta su biografía, fue el primer español que vivió exclusivamente de su actividad de escritor, en una sociedad rudimentariamente capitalista. Así, las traducciones de teatro y la prensa constituyeron sus medios de vida. Esto, que hoy nos podría resultar de Perogrullo, fue algo absolutamente moderno. No se podría entender el avance en la profesión de periodista –así como tampoco lo hacemos en la de escritor– si no atendemos a la gran revolución que supone la profesionalización.

Más allá de esto, cuando nos adentramos por primera vez en su obra, nos encontramos a un autor con un estilo moderno, vivo, claro y funcional. Amante de la palabra exacta, precisa, como lo sería más tarde Flaubert o tantos otros. De hecho, una de las empresas que se dispuso a llevar a cabo, prueba de ese gusto exquisito por la palabra y esa vocación filológica, fue la creación de un Diccionario de Sinónimos. Ese ejercicio intelectual atendía a una razón que escapaba la mera gramática: pretendía demostrar que la verdadera sinonimia no existía y que cada palabra albergaba en sí misma un matiz que cualquier otra no era capaz de tener.

Todavía hoy, con una Real Academia a punto de cumplir tres siglos de edad, las cuestiones léxico gramaticales siguen en boga y se siguen publicando nuevos diccionarios que pretenden superar a los que les antecedieron. Esa preocupación no es, además, un coto exclusivo de los lingüistas, sino que el periodismo moderno (Màrius Serra en La Vanguardia o Albert Pla en el diario Ara) se sigue preocupando por cuestiones metalingüísticas cada día.

Para hablar de ello, además, Larra se sirve de la primera persona, esa marca de individualismo tan característica del articulismo de nuestro siglo: “Andábame días pasados por esas calles a buscar materiales para mis artículos ”. Esta actitud autónoma, cien por cien vigente en el articulismo actual (Monzó, Marías, Montero, Sostres, Anson, De Prada,…), es la que destacó Francisco Umbral en Anatomía de un Dandy:

No sólo porque habla casi siempre en la primera persona de un narrador convencional, sino porque ha echado su persona por delante de su vida, como esos toreros que echan el cuerpo delante del capote antes de que se acerque el toro .

Y, aunque estas cuestiones ya le hubieran bastado a Larra para ganarse la etiqueta de contemporáneo, lo que ha venido justificando ese título honorífico es su amplio abanico temático atemporal, así como el retrato fiel de una sociedad española que todavía hoy mantiene la mayor parte de unos vicios heredados del pasado. No en vano, hoy en día, algunos de estos asuntos conforman el corpus material de nuestros articulistas patrios.

Seguramente su artículo más conocido sea «Vuelva usted mañana». Pues bien, un vaciado no demasiado exhaustivo de la prensa española de los últimos cinco años nos sugiere una veintena de artículos de título idéntico. Un primer indicador de que algunas cosas puede que no hayan cambiado.

El artículo original al que hacemos mención es un verdadero cuadro de costumbres con un alto componente satírico, una crítica mordaz, donde se retrata una sociedad muy burocratizada y holgazana, amante de la siesta y la procrastinación. Un cultismo, este último, procedente del latín y que vuelve a estar de moda ahora, en tiempos de Facebook, Twitter y Pinterest, como lo demuestran los centenares de entradas que nos devuelve Google cuando introducimos este término en el buscador. Es esa misma imagen de sociedad acomodada la que ha llegado hasta nosotros como un cliché, un tópico, y que todavía nos acompaña cuando uno sale de nuestras fronteras.

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Esta no era su única preocupación. Estuvo muy pendiente también de los valores. Le molestaba la mala educación. La suya había sido modelada con manos de gustos neoclásicos, aunque destacó también por su actitud rebelde. De hecho, él declamaba una libertad de creación al servicio del progreso y detestaba la actitud tan castellana de un término paradójicamente catalán, el ja farem. En «Casarse pronto y mal» podemos adivinar el hastío que le procuraba tal actitud frente a la vida en extractos como “la despreocupación es la primera preocupación de este siglo”. «El castellano viejo» es también otro tapiz costumbrista de esa obsesión contra los malos hábitos. En cualquier caso, la sutileza, la ironía fina que destila, podría ser comparable –salvando todas y cada una de las distancias– a la crítica –discutible– que subyace en películas que beben de ese realismo crítico como la popular saga Torrente, cuatro películas en las que se intenta esbozar al ciudadano/personaje tipical spanish hasta convertirlo en un modelo caricaturesco, por citar el ejemplo más actual.

En esta sucesión de temas que se tornarán preocupación de hoy y mañana y donde añadiríamos las distintas polémicas literarias, el oficio del periodismo, la pena de muerte, etc.; Larra procuró siempre inocular el germen crítico característico al que hemos hecho alusión y que, a la postre, acabaría siendo su tormento –de ahí el uso de inocular- llevándolo al suicidio –mujer mediante–. Estas preocupaciones le servían, a su vez, de materia prima para su actividad literaria. Una suerte de faction (realidad mezclada de ficción) que tiene la capacidad de contagiarnos de la mismísima ansiedad producida por esas lucha internas que se iban apoderando de él.

Aun así, escribió de lo que quiso y, aunque hubo de plegarse a las circunstancias políticas, sus textos jamás adolecieron de agresividad cuando la censura lo permitió. Aunque, a veces, y con tal de evitarla, hubiese de tomar las de Villadiego, con actitudes más propias del siglo XXI que del XIX al que pertenecía:

Política y más política. ¿Qué otro recurso me queda? Verdad es que de política no entiendo una palabra. Pero ¿en qué nifierías me paro? ¡Si seré yo el primero que escriba política sin saberla! Manos a la obra; junto palabras y digo: “conferencias, protocolos, derechos, representación, monarquía, legitimidad, notas, usurpación, cámaras, cortes, centralizar, naciones, felicidad, paz, ilusos, incautos, seducción, tranquilidad, guerra, beligerantes, armisticio, contraproyecto, adhesión, borrascas políticas, fuerzas, unidad, gobernantes, máximas, sistemas, desquiciadores, revolución, orden, centros, izquierda, modificación, bill, reforma”, etc., etc., etc. Ya hice mi artículo .

Una última muestra paradigmática que empuja a Larra hasta nuestros días es el revelador regalo con el que la actual princesa Doña Leticia Ortiz, periodista de profesión, quiso obsequiar al príncipe Felipe con motivo de su compromiso matrimonial, durante la petición de mano. Para tal motivo escogió un libro, El doncel de Don Enrique el doliente, cuyo autor, Mariano José de Larra, era el que más había influido en su profesión anterior, según palabras de la princesa. Un presente que, además, la corona se apresuró en calificar como “joya literaria”.

Este episodio casa –sírvame la homonimia– con la valoración que hizo Francisco Umbral del escritor madrileño: “La vigencia actual de Larra es la vigencia eterna de una cabeza pensante en un mundo de estatuas descabezadas”. Una última cita escogida para mi particular crítica borbónica y donde he tratado de destilar, torpemente, mi ironía. Sí, algo de lo que me quedó de Larra.

Ismael Tharrats. Periodista.

Un mundo gobernado por los libros. Epitafio de la librería Catalonia

Posted in Barcelona, imágenes, librerías by monstruos on 8 enero, 2013

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Hoy Amancio Ortega ha comprado un trocito más de Barcelona. El jefe de todo esto, el magnate de Inditex, se convierte así, con su última inversión, en propietario de media plaza Catalunya (la sede de BBVA, el edificio de Apple Store), y de un buen puñado de hectáreas de Paseo de Gracia (contad el número de Zaras, Pull&Bears, Bershkas y tiendas con vestuario clónico para el joven de hoy). Si se quemaran sus tiendas (no estoy dando ideas), el humo generado se vería desde el globo aerostático de Baumgartner.

La librería Catalonia también cierra. Parece ser que en su lugar habrá un McDonalds. «Americano, sus recibimos con alegría». La culpa es un poquito nuestra. La dieta Dukan era el libro más vendido de no-ficción de la librería. Cuando la hamburguesería abra sus puertas, la paradoja acabará por cerrar el círculo.

Mientras tanto, seguiremos dejando que nos gobiernen quienes solo usan la palabra escrita en los contratos basura y en la firma de letras financieras.

Feliz año.

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Libros más leídos del mundo

Posted in curiosidades, imágenes, literatura by monstruos on 31 diciembre, 2012

Libros más leídos del mundo

La Biblia es el Messi de los libros

Únicamente 7 novelas escritas en español entre las 1000 novelas imprescindibles, según The Guardian

Posted in hispanoamericano, literatura, novela by monstruos on 1 diciembre, 2012

No deja de sorprender que siendo el español la segunda lengua con más hablantes nativos del planeta, en la lista definitiva de las 1000 novelas que todo el mundo debería haber leído según el prestigioso diario inglés The guardian tan solo destaquen 7 que hayan sido escritas en esta lengua (0,7%). Más del 80 % de las obras destacadas, así a ojo de buen cubero, fueron escritas originariamente en inglés, lo que me parece una falta de perspectiva global sobre lo que significa ser un referente literario y lo que no. Apenas alguna muestra anecdótica de literatura rusa o asiática en general, por poner solo dos ejemplos.

Si alguno de por aquí es catalán, como yo, que se olvide de la lista. Ni un mísero título (esperaba un Tirant lo Blanc de Joanot Martorell, por lo menos)

Según The Guardian, las únicas novelas en lengua española que todo el mundo debería leer son:

Don Quijote de la Mancha – Miguel de Cervantes

Paz en la guerra – Miguel de Unamuno

Corazón tan blanco – Javier Marías

El amor en los tiempos del cólera – Gabriel García Márquez

Cien años de soledad – Gabriel García Márquez

El reino de este mundo – Alejo Carpentier

Los detectives salvajes – Roberto Bolaño

Estoy preparando una lista que espero publicar antes de fin de año con las, por lo menos, 100 novelas escritas en español que todo el mundo debería leer. Una lista que estará confeccionada de la forma más objetiva posible, por eso estoy pidiendo no solo la opinión de mis amigos/conocidos/amigos de mis amigos;  sino también de mis profesores de lengua y literatura de la facultad de Filología de la Universidad de Barcelona, así como la de sus colegas. Cualquier aportación que queráis hacer será bienvenida.

Girl reading at the bus stop

bibliotecas del mundo

Posted in imágenes by monstruos on 28 noviembre, 2012

bibliotecas del mundo

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Julio Cortázar y el principio de cooperación de Grice

Posted in Uncategorized by monstruos on 19 noviembre, 2012

Si alguno duda de la relación que pueden tener los estudios lingüísticos con la literatura, la violación de alguna -o varias- de las máximas que rigen el principio de cooperación de Grice es la responsable de un texto tan sorprendente como Instrucciones para llorar de Julio Cortázar. 

INSTRUCCIONES PARA LLORAR
Dejando de lado los motivos, atengámonos a la manera correcta de llorar, entendiendo por esto un llanto que no ingrese en el escándalo, ni que insulte a la sonrisa con su paralela y torpe semejanza. El llanto medio u ordinario consiste en una contracción general del rostro y un sonido espasmódico acompañado de lágrimas y mocos, estos últimos al final, pues el llanto se acaba en el momento en que uno se suena enérgicamente. Para llorar, dirija la imaginación hacia usted mismo, y si esto le resulta imposible por haber contraído el hábito de creer en el mundo exterior, piense en un pato cubierto de hormigas o en esos golfos del estrecho de Magallanes en los que no entra nadie, nunca. Llegado el llanto, se tapará con decoro el rostro usando ambas manos con la palma hacia adentro. Los niños llorarán con la manga del saco contra la cara, y de preferencia en un rincón del cuarto. Duración media del llanto, tres minutos.

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